Luis Rosenkjer - Experto Aventurarse
Después de algún tiempo, nuevamente me he sentado a escribir sobre un tema que considero importante, pues está vinculado a la seguridad en nuestra actividad preferida. Desde mis comienzos en la venta de parapentes, hace unos tres años, tengo un tema de debate permanente con los alumnos recién salidos de escuela y con las escuelas mismas. Se trata del nivel de vela apropiado para este tipo de pilotos.
Me
animo a decir que un 70 u 80 por ciento de los pilotos que salen de
la escuela, con entre diez y veinte vuelos de altura -que duran de 7
a 8 minutos promedio-, compra una vela con homologación Standart /
DHV 1-2, en general llamada intermedia (o mal llamada "salida de
escuela"). Por lo tanto, sólo un 20 o 30 por ciento adquiere
una vela de escuela. Los argumentos son varios, pero la mayoría de
ellos poco sustentables.
Argumentos
económicos
Dicen,
"Prefiero comprar directamente una intermedia, para no tener
que volver a gastar todo ese dinero nuevamente dentro de un año,
cuando ya esté para el cambio". A mi modo de ver, si hay
restricciones económicas, lo lógico sería que este piloto compre
la vela que será adecuada durante el primer año de vuelo, y luego
demore el cambio hasta tanto se den las condiciones necesarias para
poder realizarlo.
La
mayoría de los pilotos solamente realiza vuelos locales durante los
primeros dos años. En estos casos, la diferencia entre las velas de
escuela y las intermedias es despreciable, pues estaríamos
comparando simplemente tasas de caída mínima para sostenernos en
una dinámica o, eventualmente, en alguna térmica. En lo que se
refiere a los vuelos sin condiciones para quedarnos en el aire, que
son muchos al principio, simplemente no hay diferencia.
La
velocidad